1993/09/03 Revista Wiken – Arteknnia

Revista Wiken
Diario El Mercurio
Viernes, 03 de Septiembre de 1993
Autor : Freddy Stock
Página : P07

ARTEKNNIA: FRIA PASION
Hay una expresión oscura en Arteknnia. Los sonidos computarizados, la mezcla de arte y tecnología que dicen profesar, enfría y enturbia los ánimos. Hacen música metidos en un laberinto de cemento, oscuro y con las paredes destilando agua de ciudad, de lluvia y alcantarilla.
Es una de las bandas singulares contenidas en el doble compacto de la Asociación de Trabajadores del Rock (ATR), trabajo del cual `Wikén’ ha venido sacando grupos para presentarlos dentro de un ciclo.
Alejandro Albornoz es el líder, vocalista y autor de las letras. Junto a Mario Aguilar (compositor musical, teclados) fundaron el conjunto en 1985. En el camino fueron captando a diversos personajes hasta quedar definido el cuarteto con Mauricio Saavedra (sintes, programación de batería) y Fabi González (guitarra, segunda voz). Alejandro fue el que trajo el demo con los temas que han mostrado en un par de sellos grandes sin respuestas positivas.
Tipo centrado, linfático, que en esta foto del año pasado aparece en primer plano con el pelo más largo y sin los gruesos lentes que le dan aspecto de ingeniero genético estilo `Blade runner’.
Escuchamos una y otra vez. Hay una búsqueda oscura en los mensajes, una contradicción de sentimientos internos y a la vez explosivos que Alejandro define como “una dualidad de lo frío y lo expresivo que es la característica principal de Arteknnia. Nos gusta la música de los ochenta, el tecno que ahí se generó. Pero también nos atrajo el New Romantic”.
Son discípulos irremediables de Kraftwerk, esa banda alemana de tecno creada en 1979 por Ralf Hutter, que sirvió de estímulo robótico para otras más comerciales que se popularizaron en la década pasada, como Depeche Mode o Devo. La música es dramática, “y trata de plantear al hombre frente a la tecnología dentro de una problemática existencial”.
No les interesa si el tecno está o no está vigente “porque no nos interesa seguir al tanto de la moda. Sólo hacemos nuestra música tratando de buscar nuevos matices y sonidos, algo pop y experimental”.
Empezaron adolescentes grabando ruidos, sonidos de fierros, bocinazos y cosas así. Una postura tecno minimalista y radical que fueron evolucionando “para asumir con las letras la relación de pareja, la vida en la urbe y el choque de la ciudad con la naturaleza. Esto último nos acerca al romanticismo, a la añoranza de lo antiguo. En todo caso, fuimos los primeros en Chile en usar elementos industriales en la creación musical” La disputa entre vanguardia y romanticismo “es parte de nuestro juego con los contrastes. Queremos hacer algo bueno, de eso se trata. Estamos trabajando en arte y por ello debemos estar totalmente imbuidos de nuestro estilo, saber lo que queremos. Por eso no nos preocupa la moda. Lo principal es creérsela, ser consecuentes”.
Arteknnia rescata la sutileza en la expresión de los mensajes, “si hacemos crítica social o política, intentamos enfocarla desde otro punto de vista. Escapamos de los dogmas, ya que limitan el arte”.
Lamentan la inexistencia en el país de sellos alternativos, como los de Europa. “Aquí la realidad es distinta por eso es difícil el intento de vivir de esto. Para todo grupo es una meta tener un sello pero los tradicionales intentan siempre la fabricación de un producto probado. No estamos diciendo que ello sea malo, simplemente así es la realidad. Los sellos desean vender. Puede que La Ley no guste, pero nadie puede negar que es un buen producto”.
Señalan que Arteknnia puede llegar a tener éxito, “aunque ese no sea el leit motiv, porque igual vamos a seguir componiendo y tocando hasta que nos cansemos”.